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De rock mestizo y calidoscopios
Entrevista a Eduardo Mena, ex-bajista de Cosa Nostra
Por Félix Eduardo Varela
Mientras el Malboro Friday comenzaba a vender ideas en vez de productos, la gente ya empezaba a estar harta de la neocolonización de sus vidas, y el mundo redefinía lo que era alternativo, anti-machista o antirracista, el grunge implosionaba en pleno Seattle y más allá, con la propia venta de su nihilista negación de la negación, utilizando su antítesis como clave del éxito.
Usando lo que me ha dado por llamar el “efecto calidoscopio”, nos situamos en la Cuba de los 90s, siglo pasado. Los colores del paisaje cambian, y lo que hablábamos en el párrafo anterior, pasa de maneras muy diferentes.
Por aquel entonces, Eduardo Mena no era más que otro joven cubano, nacido y criado en Centro Habana, con todos los beneficios y dificultades que eso trae. Cuando estuvo cerca de cumplir los 12 años, se encontró soñando con sonidos y música sin tener la menor idea de cómo se hacían, y se propuso investigar.
He aquí que descubre un fascinante mundo de expresión, en el que no tenía necesidad de hablar, explicar, ni siquiera de que le entendieran, y que terminó por subyugarle.
Ahora, desde Miami y apartado de posiciones inamovibles, Eduardo Mena es un hombre que prefiere aprender a andar enseñando, escuchar a hablar, ayudar a pedir ayuda, y que prefiere reír a llorar, aunque esto último sea el mejor recordatorio de sus signos vitales.
Más significativo, Mena prefiere recordar a extrañar, y prefiere ser cubano a no serlo, con todo lo malo y lo bueno que eso conlleva. “Creo que no soy nada excepcional, pero a veces veo y conozco gente que me hacen sentir mucho mejor de lo que soy. Creo que eso es ego, sí, tengo lo mío… creo que cada cual lo tiene a su forma...”, dice el músico, demostrándome parte de una introspección de la que hablaba cuando trataba de describirse a si mismo.
Entre nosotros queda
Qué fue primero, no lo sé. A mí me daba por pensar que aquel sonido de la banda habanera Cosa Nostra era algo que ellos crearon.
Por esos años ya rodaban por ahí Nirvana, Soundgarden, Pearl Jam, Alice In Chains, y el sonido grunge estaba bien definido, pero... había (o quería yo imaginarme) un no-sé-qué rítmico, que unido a toda la magia de hacer música a pasión encendida, como ellos, me hacía ver a Cosa Nostra como únicos en su especie.
“Creo que cada uno de los que participamos de esa banda aprendimos mucho unos de los otros. No seríamos como somos hoy si no nos hubiéramos conocido y si no hubiéramos vivido tantas cosas juntos,” asegura Mena, y yo asiento, porque aquí comenzamos a hablar del grupo.
Creado como proyecto eventual en abril de 1992, con miembros de varias bandas habaneras: Eduardo Mena (bajo), Joel Bejerano (guitarra) y Sergio León (batería), a quienes rápidamente se les une el cantante David Blanco. Desde el inicio apostó por composiciones propias en inglés, con un sonido grunge que el colectivo rebautizó “rock mestizo”.
“Fue una experiencia increíble, y siempre para mí ser un Cosa Nostra será un orgullo, y el haber compartido con todos esos locos talentosos es algo que no tiene precio en la vida de una persona. Soy quien soy, hoy en día, por haber sido un Cosa Nostra, y creo que todos los que pasaron por ahí pueden decir algo similar,” y la habitación comienza a oler a recuerdos, que van aflorando lentamente.
Wilson Perez (ex Krudenta) sustituye a León en 1994, y un año después entra un nuevo baterista, Javier Perez. En la primera mitad de 1996, y durante un breve periodo, se les une Evelio del Barrio en la figura de segundo guitarrista, pero pronto la banda retorna a la formación de cuarteto.
Cosa Nostra grabó tres demos (Killing Your Childhood, en octubre 1992; La Cosa, en septiembre 1994; y Silocibina, en noviembre de 1996), además de figurar en el compilatorio Las luchas de la juventud, editado en Francia para el sello Tian An Men 89 Records, junto a Los Detenidos y Médium.
Llegan cambios en 1997, tras la salida de Joel (emigra a Chile), y Javier (se une a Joker), y sus reemplazos por Ernesto Bravo (ex S.A.) y Marcos Tudela respectivamente, aunque poco tiempo después se produce el retorno de Javier y el puesto de guitarrista queda definitivamente cubierto por Santiago Chamizo, ex Trance.
Invisible Bridge, el álbum debut de Cosa Nostra, fue grabado en 1998 con el guitarrista invitado Victor Navarrete (por aquel tiempo en Síntesis, ahora enfrascado en su nuevo trabajo con Conexo Trio, en Madrid), para posteriormente ser promovido en una gira por Canadá entre diciembre 1998 y enero 1999. Tras la segunda gira a ese país, a inicios del año 2000, el grupo se desintegra.*
Lo que sigue es el resultado de una conversación sabrosa con Eduardo Mena, donde están las claves para entender a este joven músico, y sus ideas fundamentales.
Entrevista
Como instrumentista, ¿eres autodidacta?
¿Cómo te explico? Si lo soy, y no... es decir, aprendí a tocar por mí mismo, no tuve profesores ni instructores, solo aprendí. Soy muy observador y aprendo rápido, pero después de eso sentí que me faltaban cosas por aprender y que no las encontraría por los medios normales, no con un instrumento como el bajo, no con la poca información que contábamos en Cuba, así que me decidí a ingresar en el conservatorio de música por la noche. Recuerdo que en cuanto aprendí a leer música, estaba ávido de partituras que poder tocar en el bajo, así que le metía mano a cualquier cosa, desde libros de saxofón, piano, violín… hasta de percusión. Fue una época muy creativa, pues cada nueva experiencia me mostraba todo un mundo de posibilidades. Así que de alguna forma si lo soy, pero tuve que complementar estudios.
¿Cómo surge Cosa Nostra?
Cosa Nostra empezó siendo algo muy diferente de lo que luego fue. Por aquella época yo tocaba con Zeus, y me sentía muy a gusto, más que fue una banda que admiré muchísimo. La idea de CN fue originalmente de Joel y mía, mi intención fue hacer algunos temas instrumentales, rock pero totalmente instrumentales. Ya para esa época, yo coqueteaba con el Jazz rock, así que tenía muchas ganas de hacer algo musicalmente más complicado o quizás más conceptual, de esa idea salió “Detritus”, un tema que pocas veces tocamos, pero que gracias a Dios quedó plasmado en el primer demo de CN, aunque quedó un poco más metal de lo que yo hubiera deseado.
Por ahí empezamos, luego se nos unió Sergito -que para aquel entonces tocaba con Detenidos- excelente drummer, muy prolifero y creativo, totalmente autodidacta, pero más genial que muchos que conocí en mi escuela. Los tres estábamos coqueteando con hacer algún tema cantado, aunque yo estaba un poco reacio a la idea, mis experiencias con los cantantes nunca fue muy gratificante. Además, me cansaba que no se pudiera decir determinadas cosas sin que te trajera problemas.
Cada uno siguió con sus respectivos grupos, y participábamos también en un proyecto con Canek, al que agradecemos el acceso a los equipos para los primero ensayos de CN (cuando aquello ni siquiera tenía nombre) a sus espaldas.
Un día Joel trae una serie de ideas para un tema, la cosa sonaba bien, pero por mucho que lo evité, a ese tema le hacía falta una voz, si no, no tendría gracia. Por demás, David para aquel entonces cantaba con Rotura como segunda voz, así que hablamos con él para que le pusiera letra al tema y melodía, pero puse una condición: que fuera en inglés. Mi experiencia anterior con Krudenta me enseñó que las autoridades no te prestaban mucha atención a lo que decías si lo hacías así. Además de eso, estaba convencido de que si hacia algo, era mirando en grande y para mí en esa época no tenía mucho sentido el Rock en español, a no ser en Argentina o España, y eso estaba muy lejos, además de que no sonaban como yo quería.
A los pocos días David vino con una melodía que no me la había imaginado para nada, y con una letra de esas que dicen una pila de cosas que para esa edad eran importantísimas. Además de eso, tenía una forma de cantar muy peculiar, diferente de lo que había oído por ese entonces en el patio. Así que ahí empezó la rueda.
Aún así, nos resistíamos a dejar nuestros respectivos grupos, que de alguna manera nos salvaban del anonimato y nos garantizaban estar activos. Ahí vino el primer concierto de CN, solo con 3 temas, abriendo a Rotura. Entonces vino el problema del nombre, que no habíamos pensado. Sergito, tan genial como siempre, fue el de la idea, y como todo eso nos sonaba muy diferente a lo que se hacía por ese entonces en la isla, pues vino de maravilla, nos identificaba muy bien.
¿Qué pasó después del cierre del Patio de María en la escena rock de Cuba? ¿Consideras que éste era un lugar imprescindible?
Mira, el Patio era la escuela, era el cuarto de los gritos, del cable a tierra, de encontrarse con uno mismo, de ser quien eres sin importar nada mas, era el lugar para hablar para decir quien eres, era el espacio, un pequeño espacio en toda esa ciudad, pero muy grande por dentro, con mucha energía con esperanzas con muchas cosas que descubrir, muchas cosas que contar. Muchas generaciones hicieron lo mejor para alcanzar un sueño o solo para expresar lo que sentían. Creo que se cerró el lugar, pero jamás se cerró el espíritu, creo que quisieron de alguna forma descabezar lo que significaba ese lugar, pero no creo que lo hayan logrado... creo que algún día se le hará justicia. Creo que nos tocara a nosotros, y claro está, al patio merece un monumento y María un homenaje. Ese es nuestro espíritu conciliador, nuestro ángel de la guarda, muchos le deben a ella lo que son hoy en día de una forma u otra.
¿Qué te da Miami, y qué te quita?
Me da tranquilidad, esperanzas, me da libertad, me da madurez. Me quita niñez, me quita amigos, conocidos, me quita ilusiones, recuerdos, despreocupaciones... en fin, todo depende de lo que estés dispuesto a sacrificar y hasta donde estés dispuesto a enfrentar las consecuencias de tus acciones. Por ahora no tengo nada que lamentar, he hecho en mi vida, hasta donde he podido, lo que me ha dado la gana, así que esto que estoy viviendo forma parte de ese “me da la gana”, así que ahí estoy...
¿A quienes incluyes entre tus referencias/influencias musicales?
Ufffff... estás hablando de mucho, muchos. Creo que soy un músico esponja, le descargo a todo, pero no por mucho tiempo. Cuando le descubro el secreto, me aburro… aunque suelo retomarlo más adelante. En mis inicios, fue Steve Harris, Jaco Pastorius, Geddy Lee... luego todo el diapasón fue abriéndose y fui desde Robert Trujillo hasta NG la Banda, 4to Espacio, Afrocuba, Primus, Red Hot, por ahí para allá to’ lo que venga. De veras, escucho de todo y cada cosa me influencia de alguna manera, tanto como instrumentista y como músico.
Cosa Nostra hacía grunge/alternativo en Cuba, a la par de las tendencias mundiales, evidentemente sin el mismo nivel de información, algo así como fuera del agua. ¿Crees que fue un hecho fortuito?
Totalmente, nos sentíamos súper raros en la isla, porque no sabíamos como llamar aquello, de ahí salió el término Mestizo. Luego comprobamos que ya estaba pasando algo parecido, pero que nos vinimos a enterar tiempo después... nuestra intención solo fue empezar a mezclar cada cosa que escuchábamos, y a sacarle lo mejor que pudiera servir sin perder la energía del rock, aunque coqueteamos con pila de cosas un poco más rebuscadas, pero esos temas si quedaron un poco en el olvido, demasiado complicados... digo yo.
¿Pudiera haber una reunión de Cosa Nostra?
Pa’ joder y divertirnos... ¡claro! Para tocar quizás en alguna descarga o en alguna fiesta, por supuesto. Para retomar un trabajo con toda la seriedad que esto requiere, no lo creo. Creo que ya hemos cambiado mucho, que nuestra visión es diferente ahora... además soy de los que piensan que todo tiene un principio y un fin, CN tuvo un principio y también tuvo un fin y ahí se va a quedar... no quiero decir con esto que renuncie a trabajar con los CN, nada me daría más gusto, pero creo que ya sería otras cosas, otro sentido, ya no sería igual, CN es único, no me gustaría intentar repetirlo, creo que sería como irrespetar su memoria... así que EPD.
Después de la desbandada de Cosa Nostra, estuviste trabajando con muchos, dispares músicos. ¿Qué nos cuentas de esa etapa?
Bueno, eso creo que fue más la inercia con la que me quedé después de CN que otra cosa, realmente en ese momento había muy pocas cosas que me pudieran brindar nuevas experiencias. Luego lo entendí, ya quedaba poco por vivir en la isla, CN fue una experiencia totalmente abarcadora y es difícil cuando sales de eso encontrar algo que realmente logre llenar ese espacio... pero bueno, algunas cosas las pude ver más interesantes que otras, por ese entonces perdí un poco de interés en el bajo, realmente quería crear más, arreglar sobretodo, eso me lo enseñó CN, un buen tema con un buen arreglo logra hacer mucho, mucho más que una buena o impecable instrumentación.
¿Estás de acuerdo con el término "Rock Cubano"?
La polémica de siempre. Voy a citar a Manduley que dijo más o menos así: “...seguimos insistiendo en pedir el carné de identidad al rock hecho en Cuba”. Creo que todos esos términos seudo-nacionalistas del Rock Argentino y el Rock Español nos hicieron mucho daño e insistimos en buscar un sello personal... creo que eso es tonto, además de que nos troncha la creatividad, nos impone marcos, y el rock amigo mío no puede tener eso porque se estanca y se muere. Nadie dice a Monster Magnet rock holandés, o a System Of A Down rock ruso -o de dónde quiera que sean-. Creo que el rock, como el jazz, es una música universal capaz de pasar fronteras y de absorber de las diferentes culturas donde se le aplica. Creo que la cultura cubana tiene mucho que aportar al género, pero eso no quiere decir que nos lo apropiemos y queramos asignarle marcos y límites, ya lo intento Síntesis, y aunque tuvo éxito en un principio, no funcionó como guía de usuario. Así que no, no estoy de acuerdo, prefiero decir rock hecho en Cuba.
Todavía recuerdo una conversación que tuve contigo allá en La Habana sobre el Cubadisco y el mercado de la música en Cuba, ¿todavía sigues pensando lo mismo?
Anjá, buena memoria tienes. Bueno, de alguna forma sí, si no recuerdo mal lo que hablamos, sigo pensando lo mismo: en Cuba no hay mercado, algo así no existe, por lo tanto no existe infraestructura para el mercadeo, por lo tanto algo como el Cubadisco carece de sentido. Es solo eso, teatro.
¿Cómo evalúas la escena del rock en Cuba, qué diferencias principales ves con los años 80s y 90s, y como evalúas la escena de Miami, dónde hay tantos músicos cubanos también?
Creo definitivamente que la escena en Cuba está cambiando y ha mejorado un montón, esto incluye por supuesto la calidad sonora y estética de sus cultores. Es en definitiva un paso de avance, uno más dentro de toda la historia de este movimiento en Cuba. Creo que deberían estar agradecidos por los que antes allanamos de alguna forma el camino, aunque esa no fuera nuestra intención, pero eso sería pedir demasiado, la música es un género cruel y suele olvidar la historia inmediata ya con el tiempo vendrá algún loco que intente recuperar lo que pasó hace muchos años atrás. Por otro lado, creo que a pesar de haber crecido en calidad y cantidad se ha perdido en el camino un poco de lo contestatario y revolucionario y se han centrado más en las formas y no en el contenido, pero eso, sabemos tú y yo por qué es.
Las diferencias son muchas y hay otras tantas similitudes, creo que la principal diferencia es la necesidad de ser mejores instrumentistas que hubo en el pasado que hoy se transforma en un trabajo más en conjunto sin muchas exigencias instrumentales o virtuosas, no por gusto cuando preguntas por los mejores instrumentistas del genero en la isla aun se toman como referencia los de nuestra generación y más atrás, aunque hoy hay algunos que despuntan, ya no tantos como antes.
De todas formas eso de algún modo irá cambiando, porque creo firmemente que es cíclico y volverá a renacer el interés por el instrumento en sí. Creo que lo que más nos asemeja son las ganas de lograr trascender más allá de las fronteras geográficas y poner el producto a la altura que se merecería en la escena internacional, es cierto que no todos cuentan con la calidad para eso, pero creo que son muchos más actualmente con esas condiciones.
¿Qué preparas para el futuro, en el ámbito musical?
No lo sé, no me he planteado nada por el momento, mis proyectos de vida me absorben la mayoría de mi tiempo y si bien no he dicho que he colgado los guantes creo que todavía tengo cosas por resolver en lo personal antes de plantearme hacer algo ya en serio. Si creo que retome en algún momento la descarga, que es para mí una formula liberadora, y de ahí ya se verá que es lo que sale. Así empezó CN y yo soy un creyente ferviente de los inicios relajados y sin pretensiones, que dan como resultado trabajos interesantes que nunca se sabe a dónde podrían llegar.
*Mucha de esta información está recogida en un libro al que a menudo me remito: El Rock en Cuba, de Humberto Manduley.
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Comentarios
Felicidades a los dos, me ha encantado, como fan de Cosa Nostra a sido un paseo por aquella epoca, ha sido rico recordar la euforia de aquellos tiempos, una banda explosiva, levantadora de masas...
Buenísimas fotos, aunque ya vistass ;)
Me parece bastante necesaria la entrevista . Por cierto he de decirte que tengo el placer de comunicarme con Sergio guitarra de Tendencia , un buen tipo.
Shany