Los días 4, 5 y 19 de abril se celebrarán los conciertos “Un Olivar de Palabras en Madrid” en la Asociación Cultural Yemayá, en un 'minifestival' que pretende retomar el 'ángel' que reinó durante el II Certamen de Cantautores celebrado este año en Almensilla, Sevilla.
"La idea es juntar un grupo de creadores, andaluces y cubanos, para germinar “Algo” que nació en Almensilla", me dice Julio Hernandez, uno de los participantes y organizadores de este evento. "Digo “Algo” por ponerle un nombre, porque, ¿cómo puede nombrarse una sensación?", me mira interrogativamente, y yo me encojo de hombros.
"Hasta ahora," me explica Hernandez, "los certámenes en que había participado eran una consecución de cantautores tras la misma nota, los mismos temas e idénticos gorgoritos, como una recua de mulas atravesando una colina. Será porque siempre he sido el eterno finalista," justifica el aserto, "me daba la impresión de estar corriendo en pos de un premio esquivo, cuando menos; cuando no, salpicado de polémicas por la calidad de los premiados (no me comparo con ellos, líbreme Dios de la soberbia)."
"Mas en esta ocasión," prosigue "de 40 proyectos presentados, 6 fueron preseleccionados para la fase semifinal y final. Esto no solo imprimió dinamismo al Certamen, sino que coadyuvó a que se generara un ambiente de cordialidad y confianza ajeno a cualquier competición."
"Allí había gente con una carrera consolidada" me aclara, "y varios premios como José Antonio Delgado (ganador del Certamen Andaluz de Canción de Autor 2002 y el Concurso de Cantautores Espacio Libre, por ejemplo); cubanos cantando a lo cubano, como Ariel Cubillas o este servidor; voces que recuerdan al flamenco como Alberto Magüesin, Premio al mejor Artista Comarcal; o Patricia Fernandez, como un cristal rasgando. Y Kino, nómada, amigo."
"Allí lo importante no era solo ganar, porque ya habíamos ganado al llegar a la semifinal," puntualiza Hernandez. "Lo importante era demostrar por qué se había ganado. Y apoyar al compañero, escucharle en el escenario y fuera, estar allí, a las duras y a las maduras. De ese espíritu hablo cuando me refiero a ese “Algo”. De ese espíritu surgió la idea, del deseo de mantener vivo ese espíritu, de alimentarlo y dejarlo crecer. Eso es lo que espero, que Madrid comparta a través de este modestísimo esfuerzo el espíritu que se respiró hace cuatro meses en Almensilla."
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