Habanicidios Adiós Westinghouse Por M. García. Aquellos que han estado un poco ajenos a la realidad doméstica cubana podrían no recordar los tantos programas de "ayuda" a la familia cubana que han existido. No me refiero a ningún tipo de ayuda al estilo del gobierno norteamericano. Más bien hablo de los tan esperados cambios de efectos domésticos. En ello incluyo el reemplazo de cocinas de kerosén (popularmente llamado luz brillante, como si fuera una traducción al idioma de los nativos norteamericanos) por cocinas eléctricas y la "reina", la olla de presión eléctrica. Como todo "programa de ayuda", es recibido con beneplácito y con gran acumulación de paciencia previa . La estrella de estos reemplazos es, claro está, el refrigerador. Si estuviéramos haciendo un reporte para una publicación foránea, pudiéramos decir que cada casa de Cuba posee un ejemplar tan diferente de refrigerador que si se pusieran todos juntos se podría hacer un museo de la refrigera...
Un espacio para el arte cubano, donde sea que se produzca.